El coleccionismo en los acuarios

Este post no viene realmente a cuento de nada que le haya pasado a mis acuarios recientemente. Es un post que nace fruto de algunas cosas que he visto, veo y veré en el mundo de los acuarios en general. Y es que no todo es bonito en esto de los acuarios. 

Pez ángel en su hábitat natural en el Río Amazonas

El coleccionismo, por desgracia, existe en esto de la acuariofilia, o acuarismo, llámalo como quieras. A veces importa más es tener una especie rara y por lo tanto, coleccionarla, criarla, o ser el primero en fotografiarla, que mantener un ecosistema válido y compatible con la naturaleza.

Esto, por sí mismo no es un problema, y voy a ponerte un ejemplo para que lo entiendas. Los criadores de killis son grandes coleccionistas. Se interesan por una especie y la buscan hasta que la tienen, normalmente especies raras, concretando de tal manera que son atribuibles normalmente incluso a un lugar concreto de un río o habitat muy específico. Como ya he dicho, esto en principio no está mal. Sí que, a mi gusto, distorsiona un poco lo que es el fin último de representar la naturaleza en casa, y aprender a respetarla, pero al fin y al cabo, esta práctica ha ayudado a que muchas especies de killis se mantengan en cautividad, y las han salvado de la extinción. 

¿Pero y cuando los capturan diréctamente de la naturaleza diezmando sus poblaciones salvajes? Las capturas de los denominados F0, los que son más valiosos. Esto no ocurre sólo con los killis, si no con muchas otras especies, como los cíclidos africanos por ejemplo, o muchos peces marinos, que no se pueden criar en cautividad o cuya reproducción es más costosa que su cría. ¿Qué opino entonces de esto? Que a mi juicio atenta diréctamente contra todo lo que yo creo sobre los beneficios de los acuarios. 

Es cierto que antes de criarlos, los peces los tenemos que coger de alguna parte, pero hoy en día, con la concienciación que hay o debería haber sobre la ecología y las poblaciones animales, y con los medios científicos y tecnológicos disponibles, la captura de animales salvajes debería reducirse al mínimo. El interés por estos animales F0 debería ser a su vez, por parte de los aficionados totalmente una excepción. 

Hay que tener claro, que debemos ver la acuariofilia, los acuarios, como un medio educativo y de concienciación sobre el respeto a la naturaleza. No podemos por tanto diezmar poblaciones o perder el norte sobre qué es un acuario por el simple coleccionismo de tener una especie u otra. ¿Qué podemos hacer entonces cada uno? No caer en el coleccionismo, no caer en adquirir animales que no han sido criados en cautividad. Y de ser capturados en su estado salvaje, ser conscientes de que se realizan bajo técnicas respetuosas con el medio ambiente. Hay algunos casos, como la captura del neón cardenal en el Río Amazonas, de captura sostenible y que ayudan a una explotación sostenible con el medio ambiente en este hábitat, ayudando a su vez a la conservación del medio en general. Pero debemos de huir de los casos en los que sepamos que por contrario, se están diezmando las poblaciones por intereses meramente económicos.

Un acuario que imita perfectamente un biotopo de bosque inundado, típico del Río Amazonas (vía copepodo.wordpress.com)

Sin más me despido con este último comentario: no perdamos el norte, y recordemos, que los peces más importantes no son los que están detrás del cristal de un acuario, si no los que están en su hábitat natural, y que en la protección de sus hábitats y poblaciones nosotros, los aficionados a los acuarios, tenemos mucho que decir y mucha responsabilidad y ejemplo a dar.

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